Dentro de las quemaduras, podemos diferenciar las quemaduras de primer grado, que es cuando se produce un eritema. Es decir, un enrojecimiento de la piel con dolor.
Y las de segundo grado, que junto con el eritema, el enrojecimiento y el dolor, se producen edemas y aparición de ampollas y flictenas en la piel.
Es muy importante considerar que un lactante por debajo de los seis meses, no debe estar expuesto nunca al sol y entre los seis meses y los tres años, su piel es especialmente sensible al sol.
Las medidas generales que debemos tomar son las de cubrir, gorro, una camiseta, ponerse debajo de una sombrilla, evitar las horas del día donde el sol puede ser más dañino, que son entre las doce horas del mediodía y las dieciséis horas.
Y por otro lado están las cremas solares.
Otra cosa que hay que recordar es que en los días nublados, aunque con menos riesgo, también uno se puede quemar.
Una vez que se haya producido ésta, lo primero que hay que hacer es limpiar y secar bien la zona, también se pueden aplicar compresas frías para enfriar la lesión. Si la quemadura es muy leve, muy suave, con la aplicación de una crema hidratante será suficiente.
Cuando la quemadura es más importante, aplicaremos soluciones antibacterianas, tipo povidona yodada o clorhexidina, y después de limpiarlas bien, pondremos una crema tipo sulfadiazina argéntica o nitrofurazonas.
No hay que olvidar también el dolor que se puede producir, y dar analgésicos; si se han producido ampollas o flictenas, es importante no reventarlas, como mucho vaciarlas el líquido, pero sin desbridarlas, porque es un protector para evitar infecciones.
Fuente: Doctor Valentín Alzina, Especialista del Departamento de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra
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